Artículo de interés: El día que don Antonio David salió en los papeles
El señor cura se levantó un día de marzo con una mala decisión tomada, algo que le costó un gran disgusto personal. El día anterior, una vecina había fallecido y debía ser enterrada como Dios manda, pero don Antonio David se encaminó hacia la casa de la difunta dispuesto a no realizar el entierro. Comunicó a los familiares que aguardasen un tiempo antes de proceder a inhumar los restos hasta comprobar si efectivamente había muerto. Así se lo había comunicado un profeta que suele acertar en sus predicciones, solicitándoles también que mantuvieran en secreto esa revelación. Para hacer la comprobación les recomendó que le flexionaran los brazos. Lo que le ocurría es que sufría un proceso cataléptico e insistió en que, a las once de la mañana del día siguiente, la mujer recobraría la conciencia. Los familiares le enseñaron el certificado médico de defunción notificando que la anciana había fallecido por causas naturales y que, realmente estaba muerta. Los hijos de la falle...