Artículo de interés: El dios de la lluvia lloró sobre Villagonzalo
Año 1998, el pueblo se encontraba en plena celebración de la Feria de Abril. Era sábado a mediodía cuando se abrió el cielo y cayó una tremenda granizada. El granizo, aunque duró poco tiempo, con su golpeo asoló la floración que se encontraba en pleno apogeo, destrozó invernaderos, cayó árboles y anegó multitud de fincas echando a perder la siembra recién plantada.
Los agricultores, propietarios de árboles de fruta
temprana, que llevaban varios años consecutivos sufriendo los reveses
atmosféricos, vieron como la fruta temprana fue golpeada por el granizo, destrozándola
al considerarse de inferior calidad.
Un mes más tarde, el causante de los males fue un
intenso temporal de lluvia, concretamente, en el penúltimo fin de semana del mes de mayo, cuando fuertes
tormentas descargaron 45 litros por metro cuadrado. Una cantidad que no parece
mucha, pero debido a unas obras no concluidas de la concentración parcelaria,
se convirtieron en un muro que impedían la salida natural del agua hacía el río
Guadiana.
“Están hechos los canales, los desagües
y las estructuras de riego, pero no las han terminado, el desagüe general está inacabado,
se queda a 900 metros del Guadiana, y así el agua no tiene salida natural ni
artificial y rompe por donde puede, pero no puede del todo porque encuentra dos
barreras, la del ferrocarril y la carretera Mérida-Guareña”, comenta indignado
uno de los agricultores.”
(Diario HOY. 26 de mayo de 1998)
Aspecto que ofrecían las tierras afectadas por el temporal (Fuente: Diario HOY)
Las
tierras limítrofes con el término de Guareña quedaron anegadas y todos sus
cultivos quedaron bajo el agua: tomates, pimientos, melones, maíz, frutales,
remolacha… Todo se echó a perder en una enorme balsa de trece kilómetros de
larga y un kilómetro de ancha, alcanzando el agua en algunas zonas algo más
metro y medio de altura.
“Los regatos del camino Los Montes y
Vereda de San Pedro confluyen en una alcantarilla, debajo de la vía férrea de
la estación de Guareña, y el agua arrasó con todo lo que encuentra delante sin
respetar las últimas transformaciones del hombre, que algunas de ellas
(pistas), son auténticos diques de contención que lo que hacen es empantanar el
agua y no dejarla desaguar al Guadiana. Si problemática es la cantidad de agua
caída, mayor es que no se pueda desaguar. Según los agricultores el problema
viene que las aguas del sector VIII, I y II del canal del Zújar “tiene los
desagües sin terminar e inunda las plantaciones puestas en cultivo. Este verano
cuando reguemos, sin llover, tendremos el mismo problema y los compañeros de
Villagonzalo se verán otra vez afectados”. La zona afectada se extiende desde
la Piñuela, casa de Diego Monago, Los Tejares, Los Corvos, Las Cañadas, hasta
el término de Villagonzalo, lo que totalizan cerca de mil hectáreas inundadas
por el problema de que las aguas no pueden desaguar. Entre los afectados, se
propone como medida de solución que se canalice el agua que viene de la
alcantarilla de la estación hasta la quebrada de San Julián al río Guadiana.”
(Diario HOY. 27 de mayo de 1998)
Para
este tipo de pérdidas, las empresas aseguradoras no contemplaban una
indemnización daños causados por el pedrisco. Por tanto, si no obtenían ayuda
económica, se encontraban en la más absoluta miseria. Los agricultores
afectados fueron alrededor de 200, los daños se estimaron en unos 8 millones de
euros.
Agricultores contemplando los campos anegados (Fuente: Diario HOY)
A
la zona afectada por el desastre, se acercó al entonces Consejero de
Agricultura, Eugenio Álvarez, manifestando a los presentes que podrían acogerse
a determinadas ayudas y que la zona afectada “no estaba declarada
zona de regadío y para iniciar soluciones las Comunidades de Regantes tendrán
que ponerse en contacto con Confederación Hidrográfica del Guadiana, plantearle
el problema, solicitar zona de riego y después vendrán las correspondientes expropiaciones
por parte de la Junta y así hacer posiblemente tres desagües, y acabar
definitivamente con el problema”.
Obras
que fueron llevadas a cabo en años posteriores y que resolvieron de forma
satisfactoria el problema de las inundaciones.
Francisco Sánchez García
Cronista de la Villa
Abril 2024
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